¿Revisiones ginecológicas anuales?

Lo que la mujer no necesita. Actividades innecesarias y exceso de medicalización.

Información valiosa que no encontrarás fácilmente al menos que estés en contacto con información científica.

“Hazte una revisión ginecológica al menos una vez al año”. Es uno de los mantras más repetidos en revistas de belleza, foros y desde el sector privado médico.

Hablemos de una de las creencias más arraigadas en parte de la población femenina.Y es que la tradición del examen anual mueve intereses y cantidades económicas. Es una fuente cómoda de ingresos, ya que ver a mujeres sanas es una tarea sencilla.

Las mujeres sanas y sin síntomas no deben someterse a la llamada revisión ginecológica y mucho menos de forma anual. Esta práctica carece de fundamento científico como han demostrado reiterados y recientes trabajos.

 

¿Qué es la revisión ginecológica?

Es una prevención secundaria, es decir, un estudio a toda la población sana en busca de signos de enfermedad.

La práctica más habitual es buscar enfermedades hacer una exploración de mamas, a veces con eco y una ecografía transvaginal para visualizar los órganos pélvicos y una citología, en algunos centros también incluyen analíticas.

Este es un concepto que puede ser muy pernicioso por tener apariencia de buenismo.

Y a quien busca encuentra claro. Encuentra algo que no sabe muy bien lo que es, porque tampoco ibas buscando algo en concreto, pero algo encuentra y aquí comienza la batería de pruebas y exámenes para determinar qué es esa mancha. Una mancha de un proceso que seguramente sea totalmente inocuo pero ya hemos hecho que se convierta en una posible enfermedad convertido a una persona que era sana en una persona que se piensa enferma y con una cantidad de pruebas y procedimientos a sus espaldas que muy probablemente le hayan derivado en alguna complicación.

 

¿Por qué no tiene sentido hacerse revisiones ginecológicas?

¿Acaso hacemos revisiones cardiológicas o neurológicas anuales? No, sólo se hacen cuando existe un problema.

Las revisiones por rutina se han demostrado obsoletas. La ciencia no apoya esta tradición.

Está demostrado que una exposición continua a pruebas nos lleva al sobrediagnóstico y al sobretratamiento de mujeres. Por esto hay que estudiar si hay que hacer revisiones rutinarias en caso afirmativo revisar porqué lo hacemos y asegurarnos de que los beneficios superan a los riesgos.

Ni la detección precoz del cáncer de ovario ni del mioma, tumor benigno,son  enfermedades que se pueden cribar con la exploración ginecológica.

En el caso del cáncer de ovario porque los tumores que se observarían y palparían serían de suficiente tamaño como para que el diagnóstico llegara demasiado tarde. El segundo, porque la indicación de intervención de un mioma es por sangrado, por lo que detectarlo antes carece de importancia.

La citología o papanicolau tampoco debe ser anual por el simple hecho de que la historia natural de la enfermedad es mucho más lenta, precisa bastante más de un año para desarrollarse. Los exámenes anuales de papanicolau no aportan ningún beneficio en diagnóstico precoz con respecto a los exámenes trianuales, sin embargo los riesgos se multiplican.

¿Por qué hay mujeres que se hacen estas revisiones?

Esta es una buena pregunta desde el punto de vista antropológico. Imagino que es una mezcla de desinformación y porque a veces, algunas mujeres somos vulnerables a creernos que otros nos cuida y nos protege y la revisión ginecológica crea ese estado psicológico de protección.

No conozco todas las razones, lo cierto es que ocurre y hay un sector de la población femenina que se sigue sometiendo a estas revisiones rutinarias.

 

5 razones por las que no se recomienda la revisión ginecológica anual.

1º No es necesario.

2º No aporta valor a tu salud.

3º Te lleva tiempo, esfuerzo y dinero.

4º Limita tu autoconfianza y aumenta tus miedos.

5º Es contraproducente, produce más daños que beneficios.

 

En resumen:

La revisión de rutina no tiene ningún sentido. Los exámenes en la mujer que tendrían justificación científica es el de prevención de cáncer de cérvix con citología/ papanicolau cada 3 años y cáncer de mama bianual desde los 45 hasta los 65-70.

Y para finalizar decir que una mujer es libre de someterse a cuantos exámenes crea necesario, cada 6 meses o cada semana si así le gusta, apoyo esta idea siempre que se haga de forma libre y no desde el desconocimiento.

 

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